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lunes, 8 de octubre de 2012

Relatos de autor: Lourdes Giralda


Queremos presentaros una nueva sección en el blog titulada "relatos de autor", donde protagonistas de Pon una Sonrisa en tu Vida nos van a contar experiéncias propias.

Derribando obstáculos



Esta vez no voy a escribir sobre el tema en el cual el destino me debe un final feliz.
Siempre nos cuesta enfrentarnos a cualquier cosa que vayamos a hacer porque de reprente nos aparece el miedo o nos entran las dudas respecto a lo que vamos a hacer con nuestra vida. Las decisiones muchas veces no son tan fáciles.
Ser valiente para dar ese paso al frente, para vencer el miedo, nos cuesta más de lo que imaginamos. Porque siempre nos queda la duda de si hemos tomado el camino adecuado para enfrentarnos al miedo que nos paraliza.
Cuando conseguimos vencer al miedo, nos sentimos libres porque hemos dado un paso al frente importante, del cual nos sentimos orgullosos.
Yo soy una persona con discapacidad intelectual. Lo que significa que la sociedad siempre pone en duda si eres capaz de hacer cualquier cosa y te exige más que a otra persona que no tiene discapacidad. Eso hace que luches más para conseguir lo que te propones.
Demostrar que eres como cualquier otra persona te hace ser más fuerte, porque quieres que el mundo deje de dudar de ti y te vea tal cual eres.
El mundo piensa que como eres una persona con discapacidad intelectual sólo te dedicas a ver dibujos animados o a hacer cosas infantiles, pero la realidad es otra. Cuando consigues que la gente te acepte y te vea de manera normal, ya has vencido una lucha. Pero en ese camino aún queda mucho por recorrer porque está lleno de obstáculos, que hay que ir sorteando y saltando como se pueda.
A veces en ese camino te encuentras con gente que parece que merece la pena, pero en cuanto ven que eres una persona con discapacidad intelectual te hacen el vacío y te dan de lado. De todo eso también se aprende y te hace sentir más fuerte para aprender cosas en la vida.
En ese camino descubres a otras personas que realmente merecen la pena, porque no les importa que seas “diferente” y no ponen en duda lo que puedas llegar a hacer con tus capacidades.
Sólo diré para acabar que me siento orgullosa de ser una persona con discapacidad intelectual y que siempre lucharé para derribar obstáculos del camino y acabar también con los prejuicios de la gente. Aunque esto último no es nada fácil.
Seguiré luchando por todo lo anterior y por mis ideas. Aunque muchas veces cuando luchas parece que no sirve, aunque no lo veas sirve de mucho, porque empieza a haber gente que te valora de verdad.
Esto son sólo unas reflexiones de una persona con discapacidad intelectual. Una persona que las siente y las escribe para que el que lea esto reflexione un momento y pueda formar parte de nuestro mundo.
Puede que esto que acabo de escribir deje sorprendido a alguien, y quizá haya más preguntas que respuestas para quien le pase esto.
Quizá cada uno tiene que mirar el interior y empezar a ver nuestro mundo.


                                                                                       Lourdes Giralda, León